Cuando compramos un vehículo usado la mayor preocupación es el trato que le ha dado su anterior propietario, a veces camuflar los desperfectos puede resultar muy sencillo y como consecuencia seremos nosotros los perjudicados.
Sin embargo, poniendo atención a ciertos detalles podremos comprobar que todas las piezas estén en buen estado y que su condición es apta para la compra. Si seguimos estos consejos para evaluar un vehículo usado minimizaremos los riesgos de adquirir un automóvil.
– Pintura. Siempre será mejor revisarla a la luz del sol y no en el interior de un parqueadero y con luz artificial que pueda ocultar ciertos defectos. Debemos fijarnos en el estado de la pintura para asegurarnos que no tenga demasiados rasguños y mirar si hay diferencias en la tonalidad de alguna zona porque pudo haber sido estrellado.
– Carrocería. Verificar que no tenga golpes importantes, revisar que no esta descuadrada mirando el espacio que queda entre los parachoques y la lata para asegurarnos de que no ha sido reparada y enderezada después de un choque, observarlo por debajo y fijarnos que no tenga arrugas en los bastidores, ni empaques, tornillos o cables con pintura, además que no se vea oxidado.
– Interior. Mirar que no tenga corrosión en los marcos de las puertas, del baúl, debajo de las alfombras y de la llanta de repuesto, verificar que las ventanas y puertas funcionen bien, que no tengan marcas de soldadura reciente en las bisagras, revisar el estado de la tapicería, de los pedales, el timón, la radio, las luces del tablero, la calefacción, el aire acondicionado y el techo, además asegurarnos que no huela a humedad o gasolina.
– Arranque. Un mal arranque en frío puede indicar un fallo en el sistema de inyección, no debe hacer ruidos al girar la llave porque podría tener daños importantes, además si la aguja de las revoluciones no oscila es probable que tenga problemas en el sistema de alimentación.
– Suspensión. Mirar que las llantas tengan el mismo desgaste por ambos lados, también empujar con fuerza la carrocería encima de cada rueda y soltar, si rebota es que los amortiguadores no están en óptimas condiciones.
– Dirección. Podemos virar completamente el timón y verificar que no haga ningún ruido raro y que el giro sea fluido, además soltar el volante cuando vayamos en línea recta para comprobar que el carro no se va hacia ningún lado.
– Transmisión. Si al girar y acelerar oímos chasquidos es que hay problemas con la transmisión, fijarnos en el recorrido, los ruidos y el tacto del pedal de embrague, además los cambios deben entrar bien y no forzados.
– Escape. Mirar el color del humo que sale por el tubo de escape, si es azul, blanco o negro es mejor descartar ese carro inmediatamente porque puede tener daños que nos van a salir muy costosos.
-Frenos. Cuando estemos probando el carro debemos frenar y vigilar que no se vaya hacia un lado, además comprobar el recorrido del pedal.
– Asesoría
Una vez que hemos comprobado todo lo anterior, nos sentimos satisfechos con los resultados y tenemos la intención de comprar ese vehículo, es importante que lo llevemos a un revisión de vehículos en el taller mecánico, pues solamente los expertos pueden detectar problemas de fondo que se nos han podido pasar en nuestra inspección.
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